¿Lo que HAGO es de verdad lo que quiero HACER?
Señor Sinay: siempre me pregunté por qué elegí la carrera de Contadora Pública y no encontraba respuesta que me diera paz. Hoy, volviendo de Sierra de la Ventana, un hermoso lugar que inició mi despertar después de la pérdida de mi único hermano hace ya 13 años, sentí algo distinto. Siempre creí que cuando describimos o contamos algo utilizamos palabras relacionadas con nuestro trabajo (por ejemplo, en mi caso, costo, beneficio o amortizo) y me encontré con que quizá la carrera elegida es la que mejor justificaba mi lugar en el mundo de acuerdo con mi ego, y de ahí mis malestares.
Adriana Martinez
¿Cuándo hacemos lo que somos?
Distinto es cuando hacemos lo que somos. Cuando buscamos la tarea, profesión o quehacer que amplifica, expresa y da forma y sentido a toda aquella materia prima espiritual, emocional, creativa y fecunda que nos hace únicos y representa nuestra verdadera e intransferible identidad. Entonces encontramos más que «un» lugar en el mundo, encontramos nuestra razón de ser en el universo. Esto ocurre, dice Moore, cuando seguimos nuestro daimon. Este es, según los antiguos griegos, padres de nuestra cultura, un poderoso impulso que empuja a las personas en una dirección, aún a riesgo de confusión o temor. Quien toma a su daimon en serio -afirma Moore- debe atender a esas preguntas y voces interiores que le advierten sobre la inconveniencia de una tarea, la necesidad de un cambio, la insatisfacción en un cargo. Voces que llevan a correr un riesgo. Y nos preguntan qué nos hace sentir vivos, qué nos motiva, qué necesitamos para encontrar sentido en lo que hacemos.
¿El que lo hace soy yo o es el que otros esperan que yo sea?»
Si soy lo que hago, cualquier riesgo que amenace a mi trabajo o profesión pondrá en duda mi identidad. El día que (por despido, enfermedad, descalabro económico o cualquier imponderable) no pueda hacer eso que me identifica, no existiré. Pero si, en cambio, hago lo que soy, mi ser puede reflejarse de un modo único en más de una tarea, oficio o profesión. Estos serán sólo medios y no fines. Tendré un trabajo para la vida y no una vida atada a un trabajo. Haga lo que hiciere será una labor inspirada, un trabajo con alma que, así sea por una sola acción realizada, dará sentido a mi vida. Trabajo con alma es el que nos permite expresar nuestros valores en un contexto ético, el que nutre al contexto en que vivimos, empezando por el entorno más cercano y tangible, y es el que expresa aquello que nos hace únicos, aunque muchos hagan la misma tarea. La labor que estamos destinados a hacer en este mundo puede tardar una vida en revelarse, dice Moore, y mientras buscamos, quizá desempeñemos más de un oficio o profesión. Lo importante es saber en cada momento si soy lo que hago o hago lo que soy.